La nueva exposición de MARCO, abierta al público el pasado viernes 27 de enero, presenta los trabajos de José Bedia, artista cubano cuyas obras han estado exhibidas en diversos lugares de Europa, Estados Unidos y América Latina.
José Bedia nació en La Habana en 1959, y ahí mismo se adentró al arte por medio de sus estudios. A lo largo de su carrera siempre lo ha inspirado la influencia de los pueblos originarios en la cultura y es por eso por lo que se ha dedicado a hacer exploraciones de campo para adentrarse a las culturas de dichos pueblos en diversas partes del mundo, las cuales van desde África hasta América.
A pesar de sus inicios y su educación bajo el paradigma artístico de occidente, Bedia ha cultivado su propia visión y práctica artística por medio de las influencias del arte tribal que ha descubierto en sus viajes por el mundo.
Bedia ha llegado a comentar que busca que las figuras en sus trabajos puedan llegar a conectar con cualquier tipo de persona de cualquier parte del mundo.
Al mismo tiempo, Bedia crea una nueva iconografía que bien pudiera ser una mitología moderna, al combinar elementos del progreso tecnológico, como el jet, el avión caza o el barco a composiciones tribales, creando un vínculo entre el pasado y el presente.
Debo ser honesto, hacía tiempo que una exposición de MARCO no me dejaba tan fascinado, y es por eso por lo que recomiendo ampliamente que pasen a visitarla.
Los trabajos de José Bedia están fuertemente inspirados por las culturas originarias de distintas partes del mundo, sin embargo, la mayoría buscan entrelazar las raíces africanas en las culturas americanas, específicamente, el legado de las culturas africanas en la cultura cubana.
Al inicio de la exposición se encuentra un texto curatorial que brinda información acerca de José Bedia, así como su trayectoria y cosmovisión. Explica el gran camino artístico que ha seguido Bedia y como se ha interesado por las culturas originarias de los pueblos que visita, tema que ahondaremos más adelante.
Al entrar uno no puede evitar sentirse impresionado por la pieza “La llegada de Cristo” de 2011, la cual es una fuerte crítica a las atrocidades de la colonización española, mostrando tres siluetas que responden a los nombres de las tres carabelas y sobre ellas, pieles de animales con flechas clavadas.

Esta sección presenta a las culturas originarias de México y América Latina, mezclando piezas únicas y artículos históricos que forman parte de la colección privada de Bedia.
La sección que sigue incorpora temas mitológicos y cosmológicos, donde hay piezas que narran motivos como los ciclos de los astros y la creación del hombre y la civilización.
Una de las piezas más representativas de esta sección es sin duda “El principio, el primer jaguar” que recuerda a la leyenda de Quetzalcóatl y su regalo del maíz al pueblo azteca, creando así la base para su agricultura.

La sala siguiente nos presenta los trabajos que Bedia ha realizado sobre Angola, país que visitó entre 1985 y 1986, y que narran su experiencia con la guerra Angoleño-Cubana, así como su contacto con las raíces culturales africanas.
Las piezas de esta sección son impresionantes, y en lo personal me han encantado. Mezclando aspectos tradicionales y conceptos visuales que asemejan al primitivismo del neoexpresionismo alemán, Bedia representa las atrocidades de la guerra por medio de piezas cargadas de intensidad y significado.

Después continúan piezas de culturas de Asia, así como pinturas que representan acciones humanas relacionadas a las creencias y teologías.
Finalmente, en la última sala, Bedia gira hacia las creencias actuales, incluyendo cultos contemporáneos como el de la santa muerte.
La interpretación que puedo dar, considerando el título de “Viaje Circular” que recibe la exposición, es que la muestra es un viaje circular porque la historia del hombre, desde que fue creado, desarrolló una civilización, destruye esa civilización por medio de la guerra, y al sentirse desamparado, recurre a crear sus propias creencias, en la espera de que expliquen su lugar en el mundo, así como hicieron los humanos en los tiempos originarios.
En lo personal, su trabajo me resulta admirable, al seguir su propia visión artística y ayudar a mostrar aspectos culturales y artísticos de culturas que históricamente han sido ignoradas por la mirada de Occidente.
La exposición estará hasta el 07 de mayo en el segundo piso de MARCO. Los miércoles y domingo la entrada es gratuita.
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